las joyas de la corona




hay veces en las que le tomas un cariño especial
a algunas de esas cosas que te salen de la cabeza
y se te presentan en las manos.

a mi me pasó con estos 3 malditos:


el muestrario de tapizados anduvo rodando por el desván desde
que las cretonas dejarón de ser el boom allá por los ochenta.
fueron necesarios un año de paseos lejos de casa y la aparición
de la máquina de coser de Elvira para que el olor a desvan cojiese
forma y se convirtiera en el bichón.

ahora el bichón tiene la hegemonía de la cama, por las noches ocupa la
mitad buena, la de la pared, además me veo en la obligación de soportar su
olor a viejuno y despertarme con las patas clavadas en mi cuello.

siempre mira desde su dominio con cara de guardia real inglés, muy serio y con
la mirada al frente como si la vida le fuese en mantener la cama bien hecha.


si, creo que ya no puedo vivir sin él...



este chiquitín que no levanta más de 8cm.
(con ramitas de la cabeza incluidas),
apareció en uno de los paseos de junto al río mientras
me entretenía en arrancar la corteza a algún centenario.
fue mi primer idilio con las texturas, cuando abandoné al acrílico
y el superglue se convirtió en mi compañero de batallas.
lo más entrañable es que a medida que pasa el tiempo, como todos,
va madurando, cambia el color de su piel y se vuelve más debil y quebradizo.
ahora ocupa un lugar de honor en casa, tiene peana vertical y todo.

la sabiduría es un grado




y por último el papel de Casa Isolina hecho
un ser que achucharía si no fuese tan frágil.
este papel llegó desde Orlé (Asturias)
arrancado con su cemento y todo,
llenando de arenilla el suelo de las
habitaciones por las que pasaba...

una buena noche me puse tijera en mano,
(bayeta en la otra) y apareció un hombrecillo
salido de las paredes de algún pasillo oscuro.




pues bien, fueron estos 3 quienes hicieron que a principios de este año
asomase la cabeza un niño de 6 años con un montón de historias de fantasías
de esas que a medida que nos vamos haciendo mayores vamos olvidando.


pero todo a su tiempo,
eso es otro cantar...


cerrando círculos



y es que las cosas se empiezan por el principio,
que siempre queda bonito.


aquí dejo algunos bichinos de los últimos dos años...



benditos recuerdos



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