cotidianidad

El teléfono fue a precipitarse estrepitosamente
bajo una furgoneta partiendo en tantas partes
como es posible que parta un teléfono recuperable.
Cuando fui capaz de montarlo y el aparato revivió,
el insensato me pidió una fecha y una hora.
Miré a mi alrededor con cara de picardía.
¿Y si fuera posible?
1982
Cerré los ojos y esperé 5 segundos
Los abrí despacio y... todo seguía igual...
Lástima, hubiese estado bien conocer a Naranjito.

Guardé el teléfono en la mochila y seguí caminando con una sonrisa de oreja a oreja.






el ritmo de lo cotidiano





2 comentarios:

  1. Sociedad de Seguidores de Alba Suárez Zapico8 de febrero de 2011, 10:32

    Apreciadérrima Alba, le informo de que poseemos en los fondos de nuestra sociedad dinero suficiente como para comprarle 23 teléfonos irrompibles ultramodernos, una tarrina de manteca y medio botón de nácar.

    Convóquenos cuando lo precise untando en merengue una cuerda naranja y colgándola en la ventana a modo de señal.

    Sin más ni más ni menos. Se despide


    Rodolfo Rododendro Rodríguez, Presidente de la SSASUZA

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  2. Rodolfo se llamaba uno que entrenaba conmigo al futbol sergi, no le usurpes su persona xDDD


    He de decir que me ha gustado este texto la verdad xDD


    Yo soy camerundio el fustigador pero podeis llamarme Martin (supongo ke tendrás algun amigo fustigaodr sergi, asike disculpas de antemano) xDD

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