Humanos...
Os creéis los dueños del mundo y no sois capaces de controlarlo.
Levantais castillos de naipes y os soplais los unos a los otros para comprobar la potencia de vuestros pulmones.
Tenéis dos piernas, un mundo que caminar y las fronteras se os quedan en los párpados de los ojos o en la mismísima punta de la lengua.
Desde mi seso de óvido, siento lástima de vosotros...
(tengo el día de nones,
ya se me pasará.
todo pasa)
Me han dicho que aquí nos gustan los campos rojiverdes bañados de amapolas, trepar a los árboles y nadar en el río entre los peces mientras los duendes nos roban la ropa y la merienda, mas nos vemos obligados a trasladar oficina y centro de reuniones a una villa victoriana en el Valle de las Lamentaciones.
ResponderEliminarEl caso es tenerla cerca, ¿no?
Parece decir borregos vosotros no nosotros
ResponderEliminarPobres humanos.
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