Por fin he podido preguntarle al rostro de el hombre de debajo de la ventana que le pasa. Me ha contado que hasta que no vuelva a salir el sol no piensa levantar la mirada. Que la humedad le ha calado los huesos, que está cansado de contar gotas y pájaros de metal. Que ya ni las gaviotas pasan a saludar. Que le hiela ese cielo grisáceo, blanco, luminoso… que quiere ver cielos azules con pequeñas nubecitas blancas y esponjosas que cambien de forma y al menos le hagan soñar…
He pensado en mudarlo a la otra esquina de la habitación, encima del radiador, a ver si le hace compañía el rostro de la mujer de detrás de la puerta…
ains! ...jodida ventana
ResponderEliminarIncondicionalmente adicta a su trabajo
Srta.Zapico
si quiere cambiar de clima puede ir a pasar unos dias a genova, con la mujer de debajo del aire acondicionado
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